jueves, 4 de octubre de 2012

Esperando el tren

Cada un tiempo aterrizo en Bcn y a la vuelta, mientras espero en la estación de Sants, tengo la costumbre de acercarme a un quiosco que hay en la entrada del metro, tienen cosas de saldo: películas, libros, cd’s y montones de trastis, hace un año encontré:

me llevé a casa uno de cada, la vez  siguiente volví a encontrarlo, volví a llevarme, y la próxima volví a caer de nuevo, y es que a 0.99 y 1.99€ no me pude resistir, por suerte se acabaron todos, sino no sé dónde iba a meter tanto cacharro.

En las últimas rebajas me di un paseo por Sfera, y en la sección de bisutería encontré, un montón de cositas en miniatura: botellitas, teléfonos, y varios más.

Tampoco me pude resistir (es que la bisu me pierde), acabó todo juntito en un cajón y no sé cómo, debió ser por tanto roce, se convirtió en algo, más o menos, bien en ello está.
Comencé a hacerle a una amiga un arreglo de navidad, pero le gustó más un arbolito que había comprado con lucecitas, así que aparqué todo y ha acabado yendo por otros derroteros y esto se quedó en la caja inicial,  que de momento mirándolo se ve todo como muy dorado, he pensado hacer una escena: “The golden room”, umm... no hay un libro titulado así?, ah sí, de Irving Wallace, de verdad que ha sido la habitación la que se ha puesto ella sola el nombre, yo no he sido.

4 comentarios:

  1. quien podría resistirse?

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    1. Eso digo yo, pero en casa no se acaban de convencer. Ay cuanta incomprensión!

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  2. Beautiful items. I love the little phone.
    Hugs Maria

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    1. Eso pensé yo cuando lo vi, para llevarlo colgando no, pero así tiene posibilidades. Hasta pronto y abrazos

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